Voy a compartir mi propia historia de cómo
encontré mi propio camino con el fin de aportarle luz al tuyo. La felicidad
proviene de la certeza de saber que estás en tu propio camino. Ojalá tu estés
en el que sientes como tuyo y si no es así, que
pueda ser lo más pronto posible.
EL VIAJERO ETERNO
Yo
nací en Mallorca en un precioso verano de 1984. Mis padres eran emigrantes
extremeños que trabajaban en Mallorca cómo camareros. Durante los primeros años
felices de mi infancia estuve viviendo en un pueblecito de Badajoz y en un
pueblecito con playa de Mallorca. La mitad del año en un sitio y la otra mitad
en otro. Así me iba adaptando a diferentes amigos, idiomas y lugares lo cual
resultó ser muy divertido, toda una aventura.
Soy
el menor de dos hermanos. Mi hermano Manuel siempre fue cómo un ángel protector
para mi. Conmigo la vida siempre fue muy amistosa rodeándome de ángeles y
maestros cómo iréis confirmando a lo largo de esta pequeña historia. Y hablando
de ángeles os contaré cómo un episodio dramático hizo que mi padre consiguiera
su gran sueño de ser peluquero, en su pueblo natal, Barcarrota.
Mi padre
siempre fue muy habilidoso y nos cortaba el pelo a mi hermano, amigos,
familiares y a mi. Aunque se le veía que se podía dedicar a eso y así dejar de
trabajar en algo que no lo entusiasmaba, no lo hacía. El miedo a empezar algo
nuevo por su cuenta lo mantuvo atado a algo que ya no era para el. Todo cambió
de repente cuando un accidente grave en moto lo paró durante 1 año, lo cual
hizo que reflexionara seriamente, llegando a la conclusión, que ahora si, iba a
dar el paso de montar una peluquería que hasta el momento va fabulosamente.
ACEPTANDO LA POLARIDAD
Este
acontecimiento hizo que pudiéramos vivir en Barcarrota definitivamente sin
necesidad de tener que viajar a Mallorca.
Viviendo
la aventura de la vida me la pasé hasta llegado un punto en mi vida en que mi propio
camino se volvió difuso. Ahora sentía que no estaba en mi propio camino sino en
el de otro, navegando a contracorriente y con la barca rota. Esta época de mi
vida la viví en Barcarrota, como decía
antes, el pueblo extremeño de donde procedía mi familia. Curiosamente este
momento de mi vida ocurrió cuando dejé de viajar, cuando pasé de ser nómada a
sedentario. Así estuve un tiempo hasta que me di cuenta que tenía que hacer
algo diferente. Aún recordaba los años de mi infancia viajando, jugando con los
amigos y haciendo el payaso para los alemanes en el hotel donde trabajaban mis
padres “Font de Sa Cala” (Mallorca).
Este
recuerdo fugaz hizo que se volviera a encender mi chispa interior. Tanto fue
así que cumplidos los 18 años me convertí en un viajero trotamundos; Salamanca,
Sevilla, EEUU, Cuba, Lisboa, Chile, Italia, Francia, todo el territorio español…..etc.
SALAMANCA; EL SABER Y LA RISA SE CONFUNDEN.
Cómo suele
pasar después de un momento bajo, mi
energía retornó con más fuerza. Una nueva aventura se mostraba ante mi. ¿Qué
sería de una aventura si no hubiera desafíos? Pues si, los desafíos estaban y
eran vividos con gusto. Cómo dice uno de mis mentores “Cuando quieras de corazón tener algo averigua el precio y luego págalo
con gusto”. Nuevos maestros aparecieron en mi camino y fueron de gran
ayuda.
Cuando un
maestro o mentor (los utilizo indistintamente) de verdad se cruza en tu camino
se convierte en una luz que te alumbra hacia tu propia luz interior. El verdadero maestro no es el que crea más
discípulos sino el que crea más maestros. Yo tuve la suerte de encontrarme
con aquellos que me guiaban hacia mi propio maestro interior y tanto me gustó
en mi mismo que decidí dedicar mi vida a eso mismo, a alumbrar el camino de
otros para que esos otros pudieran alumbrar el de otros y así en aumento y en
beneficio para todos.
Mi pasión
por el potencial humano me llevó a estudiar Psicología a Salamanca, que resultó
ser una decisión de lo más acertada, no sólo porque es una de las Universidades
más antiguas del mundo, sino también por el ambiente, la gente de todos los
lugares y las posibilidades que afortunadamente se me brindaron. Salamanca me
dio la oportunidad de viajar a través de Becas que ofrecían.
En mi tercer
año de la licenciatura me fui becado para Sevilla. Cómo decía antes lo mejor
que me pudo pasar fue encontrarme con mentores de gran sabiduría, y aunque
todos tenían muy buen humor, mi Alma quería un Verdadero Maestro de la Risa.
Como dice el gran filósofo Wittgenstein “El saber y la
risa se confunden”. Pues bien me fui para Sevilla con una maleta y mi deportivo y después de muchas aparentes
casualidades, terminé trabajando de Cocinero en la casa de mi amigo Rafa,
maestro de profesión. Con el dinero que me gané me pagué mi especialidad en la
terapia de la Risa, donde conocí a mi tan ansiado maestro de la Risa, Bharat
Yogacharya, un ser humano de lo más particular.
SEVILLA “MUCHO MÁS ALLÁ DE LA UNIVERSIDAD”
Lo
que me cambió y transformó realmente fue el relacionarme con mentores de éxito.
Maestros de vida dispuestos a acompañarte cómo un socio que están de tu parte.
Maestros que han experimentado el arte de vivir a un nivel vibracional elevado,
capaz de elevar a quien esté a su alrededor. Fue entonces cuando me empecé a formar
en aspectos que yo llamo “mucho más allá de la Universidad” Ahora podía
integrar la parte científica extraída de la Licenciatura en Psicología y la
parte artística alimentada por mi relación intensiva con el humor y el
verdadero arte de vivir. De esta mezcla, vivida y experimentada por mi, nació
lo que hoy se llama; El Método R.I.S.A. del cual me valgo para ayudar a miles
de personas de todo el mundo, demostrando su efectividad una y otra vez.
Aunque
la construcción del Método fue lenta y poco a poco, integrando teorías y experiencias de muchas ramas, fue en una
meditación cuando de repente hice un ¡¡ahá!!, lo que me llevó a concretarlo.
Hasta mis vecinos se asustaron pensando que me había pasado algo, y realmente
me pasó. Ahora mis objetivos se demoraban la mitad de tiempo en terminarse y lo
más interesante es que me divertía mucho en el camino, imprescindible en mi
método, de ahí METODO R.I.S.A.
De la mano hasta EEUU
Ahora
con la confianza y la seguridad que da la experiencia de saber que estás en el
camino correcto, disfruté de una aventura inolvidable en EEUU, desde dar
conferencias por Miami hasta rodearme de artistas, músicos y directores de
orquesta y teatro que después pasarían a contratar mis servicios de Método
R.I.S.A., que recién estaba comenzando a proyectar.
Esto fue un
golpe de suerte. Sentarte con una persona en el metro, el cual pasaría después
a ser tu cliente. Realmente lo que con tanto hincapié se me dijo que hiciera
funcionaba. Cuando caminas durante un tiempo con un mentor te das cuenta que lo
que dice tiene premio. Te das cuenta cuando lo pones en práctica. De ahí la
palabra mentor. No utilizo la palabra coach para mi método porque exijo a todo
aquel que se quiera formar para enseñarlo, que primero pase por la experiencia.
Un mentor es alguien que posee la experiencia, a diferencia de un coach
(entrenador) que no tiene porqué tenerla.
LA AVENTURA DE LA R.I.S.A. EN CUBA
La
magia no terminó, continuó hasta llegar a los hospitales y Universidades de
Cuba. En uno de mis viajes por Suramérica contacté con seres extraordinarios
que pasaron de ser alumnos de la Risa a amigos. Todavía hoy, después de tres
años me comunico con ellos recordando tan buenos momentos, repartiendo alegría,
amor, humor, paz y felicidad por los rincones de la habana. Fabuloso.
Hoy vivo en
la naturaleza en Extremadura, en contacto con mi esencia, viajando allí donde
me llaman a transmitir el Método R.I.S.A.; Lisboa, EEUU, Cuba, México,
Portugal, Italia……y también desde mi habitación donde me comunico con mis
alumnos semanalmente en su progreso hacia la R.I.S.A.
Te cuento
esto porque si me ocurrió a mi, también te puede ocurrir a ti. Ese es mi deseo
para ti. Que así sea y que muy pronto nos podamos dar un abrazo personalmente.
Somos Uno
